EL PORTAZO

En 1876, Ibsen estrena en los principales teatros de Europa su magistral " Casa de Muñecas" para escándalo y espanto de la burguesía bienpensante de aquel tiempo. El planteamiento general de la pieza es de una impagable y precoz crítica social al sexismo de la época, pero lo que resultó absolutamente revulsivo fue la escena final en la que Nora, la protagonista, abandona la casa dando un portazo. Se interpretó, como un grosero desafío a la familia y una clamorosa subversión de los valores morales e ideas tradicionales sobre el papel de la mujer.

A pesar de ello, el éxito fue notable y Casa de Muñecas es hoy un clásico de la dramaturgia y del feminismo que no ha perdido vigencia, sobre todo en España. En esa parte de España que concentra a cientos de miles de personas vociferante para, supuestamente, defender a la familia . Exactamente el modelo de familia que le hace huir a Nora con lo puesto y dando un portazo.
La vieja Nora (tiene ya casi 150 años) sigue siendo un modelo de lucidez, de valentía y de fuerza para todos. Para mí resulta especialmente entrañable, la conocí cuando yo tenía sólo 15 años, fue mi primer papel. Dirigida por un fraile escolapio marxista que terminó colgando los hábitos para casarse con mi mejor amiga (20 años más joven que él) representamos la obra en una semiclandestinidad que nos permitía burlar la censura franquista al amparo de las Escuelas Pías y de la incultura general que asociaba el título con alguna especie de cuento infantil.

Aquella Nora que estudié con pasión de entomólogo y representé con toda la convicción, me cargó de argumentos, palabras y energía para tomar la decisión de salir de casa y dar el portazo al opresivo mundo en que nos tenían sumidos la dictadura y las buenas costumbres.

Casi cuarenta años después, con las fuerzas un tanto mermadas y con más pena que gloria, vuelvo a dar un portazo, esta vez al mundo laboral, para regresar por mis clásicos y dedicarme

a disfrutar de las letras en el refugio virtual de mi particular CASA DE MUÑECAS. Quedan invitados.