Rata Pelada. Autobiografía no autorizada

A veces las cosas ocurren así: vas a ver una película y tienes la sensación de que ya la has visto;te presentan a alguien y te pones a buscar entre tus recuerdos el momento anterior en el que lo conociste;lees un cuento y te parece una historia muy similar a algún episodio de tu vida personal. A veces, te identificas tanto con algún personaje de ficción que sientes la estrambótica tentación de continuar con la patraña. Todos estos fenómenos están muy estudiados y catalogados como bromas de los complejos mecanismos de la memoria, que interactúan con el inconsciente y anulan el factor tiempo para confundirnos.
Pero el caso que hoy me ocupa no tiene nada que ver con los "déja vu" ni con fantasías de protagonismo originadas por alguna frustración de infancia, se trata de la lectura de un libro "fabuloso", Firmin, las memorias de una rata criada en una librería de viejo, con cuya narración me he identificado tanto que, salvando algunas circunstancias menores y licencias literarias como que ella es de Boston y yo de Zaragoza, bien se pudiera considerar mi autobiografía.
Y digo autobiografía porque las correspondencias no sólo son en cuanto a la historia, que es la mía, sino que la forma de contarla adolece de las mismas preocupaciones estilísticas que padezco (obsesión por los comienzos, por ejemplo) y de las características a las que aspiro: precisión, claridad, ritmo, verdad, poesía, humor, naturalidad...; el lenguaje, en su aparente sencillez, encierra una sofisticación elegantemente endiablada que llega a provocar que Ramón Buenaventura, el aseado traductor, confiese su impotencia en más de una ocasión con llamadas del tipo " juego de palabras intraductible".
El caso de Firmin, como digo, ha afectado a mi identidad, a la imagen de mi misma, a mi propio pasado. Se trata de mi vida, o mejor, de mi otra vida, esa vida interior que suele estar bien guardada pero que indefectiblemente asoma por las rendijas de las palabras y nos termina delatando, describiendo esos espacios que creíamos transitar en soledad, iluminado la intimidad de la guarida de ese otro animal que todos llevamos dentro y que, en mi caso, como habrán adivinado ya,es una rata. No es que lo diga yo. Me lo han dicho siempre los demás : desde la más temprana edad, los mayores solían propinarme el cariñoso apelativo de "rata pelada",una forma rústica y rudimentaria de decir que era curiosa, inquieta, resabiada, ágil, incisiva y escurridiza; en la pubertad, con las primeras transformaciones físicas y mentales que te llevan a preocuparte por el aspecto y a interesarte por el sexo opuesto y el tuyo propio, pasaron a llamarme "ratita presumida" una expresión tan empalagosa, cursi e irritante como el personaje del cuento que había leído muchos años antes en una edición troquelada; ya en la juventud, como quiera que seguía independiente, rebelde, trascendente y lectora impenitente, me auguraban una rápida metamorfosis en "rata de biblioteca"; una vez emancipada y con el cado establecido en la Gran Ciudad (pongamos que hablo de Madrid, sin permiso de Sabina), me convertí en "rata de callejón"; ahora que he decidido establecer mi nido en el campo, rodeada de lecturas y dispuesta a escribir, va Firmin, y publica su historia (Seix Barral), mi historia, la de millones de ratas lectoras, bajo el seudónimo de Sam Savage.
No cabe duda de que padezco el estigma de la "rata intelectual", además de su condición y su destino de insaciable roedora de libros.
Es bien sabido que ningún libro es inocuo, pero éste (Firmin, no lo olviden) además de su indicación preferente como lenitivo existencial, produce importantes efectos secundarios que se manifiestan inmediatamente como aumento de la ansiedad lectora, apetito desordenado por conocimientos económicante inútiles y un trastorno obsesivo compulsivo por convertirnos de una vez en auténticos seres humanos.
Aunque esté feo hacerlo, por la parte que me toca, no me resisto a decir, a cualquier improbable lector, que este libro es una fábula extraordinaria, uno de los Grandes, como diría el propio Firmin. No sólo lo recomiendo, sino que lo reivindico.

Comentarios

Ana Maria ha dicho que…
lo compraremos Belinda y te comentare cuando lo haya leído. Gracias por la referencia no había podido hablar de el... sigo en Berkeley
besos
Ana María
Ana Maria ha dicho que…
Quise ddecir
no habia oído hablar de él..
Ana
Anónimo ha dicho que…
Mi querida rata: pelada, presumida y de biblioteca, no doy a basto para leer todo lo que me recomiendas ,como siempre sabiamente, algun día cuando me jubile,quizá logre alcanzarte,mientras tanto y a mi ritmo, sigo aprendiendo de mi hermana mayor, no por más edad, que es algo imperceptible, sino por más sabiduría,gracias, por ser como eres,en estos tiempos, que a la mayoría de la gente se le ha olvidado pensar, es bueno que no se nos olvide que "Solo el pensamiento nos hace libres".

Un abrazo.
Virginia
Anónimo ha dicho que…
Pues ahora en El Escorial, en vez de "rata", "gurriata". Buscaré el libro y lo comentamos.

Muy buenos los dos últimos sobre la crisis, los antecentes históricos y Las cuentas de D. Gonzalo. Las cuentas de esta crisis son de cifras que es más corto ponerlas en letra que en números:
Diez mil billones
10.000.000.000.000.000 ??? ¿Está bien así o le sobra algún 0?

Besos
Enrique
Anónimo ha dicho que…
Hola,
Con las multas a los comerciantes en el barrio de Sans en Barcelona por los organismos de la ‘normalización’ de la Generalitat ha surgido este vídeo, es una tragicomedia digna de verse.

Os recomiendo la visión de CASABLANCA de LLOBREGAT, dedicado especialmente a los que apoyan el CAC (centro de multas por rotular en castellano y cerrar emisoras por criticar las políticas del tripartit) y en especialmente a los que están por todo lo contrario.

CASABLANCA de LLOBREGAT vídeo:

http://www.youtube.com/watch?v=mEQShmIO2vI

(Unir en una línea si sale el enlace cortado).o buscar por google o youtube

Es genial. Gracias por verlo y también por su difusión
Anónimo ha dicho que…
Voy a leer el libro encuanto pueda y ya te diré si te encuentro en él.
Se me había olvidado la palabra "gurriata" que alguien te llama en el comentario, en Soria también se dice.
Espero que estés siendo una feliz rata de campo.

Pilar
Anónimo ha dicho que…
devoras los libros como las ratas el queso eso si es verdad ,algun dia de tanto roer se hara tal agujero que saldras por el otro lado,y te veremos convertida en un personaje de alguna novela, que tema contigo tenemos para rato gracias por los quesitos literarios que me atrapan como ceposy me enganchan a tu blog.
un besico men

Entradas populares