THOMAS B. O EL HIPOCAMPO. SERES DE LA EDAD OSCURA

Parece que los seres de la mitología marina se están poniendo de actualidad. En esta semana, no sólo han estrenado La Dama del Mar, sino que en el + están pasando una película para niños con otra sirena como protagonista (Aguamarina)y otra, más interesante, sobre una náyade atrapada en la piscina de una urbanización (La Joven del Mar). Creo que no se debe atribuir a esto ningún significado especial, salvo el de que se venden mucho los paquetes temáticos.
Sin embargo me ha sorprendido otro suceso de actualidad que, aunque en primera instancia se supondría del ámbito de la biónica, la sexología, o la medicina, yo lo he relacionado con la mitopoética marina griega: un transexual nacido mujer, un tal Thomas B., está embarazado de 5 meses.
Tras haberse sometido a los procesos hormonales y quirúrgicos pertinentes y haber conseguido un aspecto y estatus perfectamente machos ha sido inseminado artificialmente con éxito. La singular gestación, como era de suponer, ha provocado todo tipo de comentarios y preguntas, sobre la transexualidad, los límites de la medicina, la moralidad de estos comportamientos ...
Tanto la red como los medios convencionales se han inundado y embarullado ante el fenómeno, la dificultad para comprenderlo, clasificarlo y aceptarlo. No se sí debido al temor reverencial que crea toda profanación de un tabú o al escaso afán investigador de los periodistas, el caso es que sólo lo han sabido relacionar con una película de Enma Thonson y Arnold Swarzsenegher ( o como demonios se escriba el apellido del gobernador de California). Nadie ha podido, o querido, recordar la biología y costumbres de una de las especies marinas más antiguas del planeta el hipocampo o caballito de mar.
Este extraordinario pez prehistórico, con estructura ósea externa, cabeza que recuerda a la de un caballo, cola prensil y enigmático origen, constituye la única especie conocida en la que el embarazo y el parto los sufre el macho . La vida sexual del hipocampo está llena de curiosidades como el hecho de tener un comportamiento monógamo, incluso después de la muerte de la pareja, o su espectacular ceremonia de apareamiento que comienza siempre al amanecer y se prolonga durante más de diez minutos en una suave y cadenciosa danza, llena de arrullos y caricias. Otra de sus asombrosas características reside en su capacidad de mimetización con el entorno en que habita. Sus camaleónicas transformaciones alcanzan tal radicalidad que, en muchas ocasiones, ha confundido a los ictiólogos: cuando creían haber descubierto una nueva variedad ha resultado que estaba ya perfectamente descrita bajo otra apariencia.
Las peculiaridades de este bello y sofisticado animal dan mucho que pensar ya que las primeras noticias provienen de la mitología griega, de los ignotos tiempos de la Edad Oscura, donde aparecen perfectamente descritos y representados (en sus caracteres zoomorfos actuales) como tiradores del carro de Poseidón. Todo esto nos pone ante una fantástica disyuntiva: creer en la posibilidad de la existencia física de criaturas míticas como sirenas, hipocampos, quimeras, harpías, etc. o seguir pensando que son criaturas literarias, producto del pensamiento metafórico arcaico.
En todo caso, lo que Thomas B., el caballito de mar y el sentido común parecen indicar es que, tanto la apariencia física, como la ubicación de los genitales, tienen poca importancia y que el principal órgano sexual es el cerebro ( por lo menos el de los escritores). En definitiva, que somos producto de nuestra imaginación, seres imaginarios.
P.D.
Sin ir tan lejos, el mago Luis Piedrahita, en un monólogo hilarante, sostiene la teoría de que los caballitos de mar son animales absurdos creados por Lladró. Se puede encontrar en YouToube.